Reencuentros: ¿Qué me querrá decir la vida?

Reencontrando viejos amores, me reencontré.

Reencontrando a la gente que alguna vez se dieron por perdidas, llegó la siguiente cuestión: ¿qué te querra decir la vida?...

Tal vez fue la luna, las estrellas, o el cosmos, pero los reencuentros sucedieron en un instante rescatado, sacando relucientes destellos que iluminaron la vida. Brindándole después otro matiz, un matiz que incluso adquiere cierto sabor... si te acercas a probarlo.

La melancolía también llegó, como el río que fluye en su viejo caudal. No destruyendo, porque no tiene que destruir lo ya destruido. Sólo llegó...por aquello de los recuerdos frenéticos y alguna que otra fría e indiferente situación. La melancolía es así, se hace presente ante tantos recuerdos amontonados en un rincón. Amontonados, más no olvidados.

Que más da... la melancolía se irá, como también se irá aquel frenesí descubierto ante el asombro de esa comunicación inimaginible en este pequeño mundo.

Pequeño mundo... este mundo que no dejamos de descubrir, un pequeño mundo entre el enorme universo que tenemos por descubrir.

Mi pequeño mundo... me gusta decirlo, no porque sea insignificante, sino todo lo contrario, por todo el significado que yo pongo en ti. Mi pequeño mundo, mi pequeño y hermoso mundo.

Un mundo loco, en el que los reencuentros alimentan mi alma, y me hacen sentir que respiro, me hacen crecer como la enredadera de la barda, que muere y revive cuando se le protege.

Reecuentros que me hacen soñar, sí, que me hacen soñar con un reencuentro que seguiré

esperando, como la tierra fértil espera el agua sobre su corporeidad.

Algún día, tal vez, la luna, las estrellas o el cosmos lo hará, y el reencuentro sucederá. No sé y no importa cuando sea, ese momento como cualquier otro sucederá, y eso me hace valorar aún más mi pequeño mundo...un pequeño mundo por compartir.

Que me querrá decir la vida?...lo desconozco...sólo sé que estoy sentada en mi pequeño mundo, deleitando un varquillo de melancolía con mermelada de recuerdos y chispas de amor.

Sof & Skeu