Hoy me levanté pensando en ti…en ti y en los días de largas caminatas con búsquedas inalcanzables.
Pensé y recordé los verdes campos y la tierra húmeda cubriendo nuestros pies que se hundían al unísono del agua correr.
Caminé y llegué a los mágicos lugares que nos cobijaron, cuando podíamos ver los atardeceres con promesas injustificables y deseos inabordables.
El aire frío que soplaba aquel árbol que durante días nos vio perder, irrumpía mi rostro y la lluvia convertía mi visión borrosa, pero sabía que necesitaba extender los brazos, como aquella que recibe a un ser querido después de años olvidados…
Y entonces…pude sentir las emociones encubiertas…las que buscan el perdón y la paz, las que sueñan con la vida sin justificar, las que incitan a la búsqueda constante, las que hablan de amor…¡benditas sensaciones descifradas que me hacen revivir!
Y entonces te distinguí…te percibí frente a mi…y sentí…
sentí la mano que rozaba mi piel con tierno amor emanado…
no era la tuya… y entonces comprendí…
comprendí por primera vez en años que el perdón había llegado
y que el amor por fin había alcanzado…y sonreí, convirtiendo las lágrimas de dolor por aquellas que se entusiasman por saberse protegidas…