domingo, 7 de octubre de 2007

Un día de despido

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Aquella felicidad percibida se puede escapar entre tus manos, como la arenilla del río que fluye sin preocupación. Al igual que el propio río te puede atrapar en su corriente si no te percatas de la llegada de la tarde y de los remolinos.

Esto no es la excepción, tú vida no es la excepción. No nos quedaba más que disfrutar lo disfrutable de la vida. Aunque este sea solo un momento, un momento que te regresa de la penumbra, para después volver a sumegirte en ella. Esto es la vida, tiene dos opciones: vivirla o morir; porque no no bastaría un punto intermedio, no considero viable estar cotidianamente sobreviviendo en el mundo, sería como estar en el limbo.

Tal vez, resida en el grado de aceptación y aquella tolerancia a la frustración que tenemos a nuestros problemas cotidianos. Alguna vez, en el asilo un anciano me dijo que había dos cosas indiscutibles: los problemas y la muerte. No considero que sean aspectos catastróficos, pero aveces, como seres humanos, no reconocemos las habilidades que poseemos para enfrentarnos a estas dos situaciones...la felicidad continúa; sin embargo cosas como estás, podrían no dejarte precenciarla y admirarla dentro de ti mismo, y por ende en el mundo en general.

En ocasiones, me gusta imaginarme la vida como una carretera federal, sí, de esas que todos conocemos. Por momentos existen paisajes hermosos que te hacen creer que estás en el cielo, otros tramos se verán inmersos en la miseria y pobreza, otros más nos resultan peculiares y no sabrás si te gusta, te asusta, o simplemente te envuelve. También sucederá que la carretera en sí, tendrá tramos tan perfectos que irás a una velocidad impresionante, en contraparte existirán tramos llenos de baches y piedras por lo que que irás despacio, o bien, con un miedo impresionante por transitar. Pero no hay que ser tan extremista, existirán tramos que serán lo suficientemente transitables, en los que irás cómodo, a una buena velocidad y emanarás cierta tranquilidad.

La vida se me asemeja hoy así... hoy entre todo lo que pasó, me he detenido a observar los escaparates...aveces en la carretera hay que parar, porque uno se cansa de manejar...hay que descansar.


Sof & Skeu

2 Encierros de otros:

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Oskar dijo...

Es asi estimada Sofia, uno debiera detenerse a tomar una coca o a mirar la luna llenando amarilla bañando a el mar.
Pero también no se debe abusar del descanso sino nunca llegaremos o si??? como saber cual es el destino???

Anónimo dijo...

Honestamente, no recuerdo si alcancé a dejarte un comentario antes que la máquina me pillara y quedara atrasado en las visitas...pero de no ser así, será el primero de muchos comentarios para ponerme al día.

La felicidad se nos puede escapar, es cierto...pero hay que tener reservas de la misma que se consiguen atesorando lo bueno antes que lo triste. Y tienes razón en la analogía de la vida con una carretera federal...hay de todo tipo de tramos, pero de todos modos hay que recorrerla y detenerse de cuando en cuando.

Saludos cordiales.

SALUDOS

SALUDOS
SOF

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Porque todos tenemos encierros en nosotros mismos...con un bello matiz por alcanzar...

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