BIENVENIDO AMIGO

Como los días en los que caminabamos en la playa

Hay algo que tú no sabes, porque no lo comprendes: jamás dejo de pensar en ti. Las llamadas y las visitas me son innecesarias, yo te pienso igual, pues te siento igual. No, no pongas esa cara de sorpresa, pues no existe sorpresa alguna, sólo la verdad, esa que el espacio reconoce, aquella no palpable por la humanidad, pero indiscutible para el Ser...bellas notas musicales se perciben en esta recámara, un fresco olor de rosas que adornan aquel viejo retrato de una desconocida venerada, y aquel cuadro blanco que resalta entre todos los pequeños y bizarros adornos de la mesita de tocador. Una joven pareja que se abraza timidamente, con cierto pudor, y el esbozo de la tierra sonrisa en sus rostros expresando amor, me hace recordar los momentos en que sentados junto al río platicábamos de los sentimientos depurados, de lo que habíamos logrado vivir y no sólo sobrevivir. Aquellos momentos en que el viento tocaba nuestros cuerpos, y el sonido de los árboles nos arrullaban hasta el amanecer... El sonido del viejo piano se ha vuelto a escuchar, no eres tú, ni soy yo...es el recuerdo de una amistad inquebrantable que nos ha venido a regocijar, pues hoy...ante los cientos de kilométros aún te digo: Bienvenido Amigo.