domingo, 9 de noviembre de 2008

REENCUENTRO

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Y se encontraron otra vez…

Y sus ojos brillaron con el resplandor. Era la imagen de lo que alguna vez dejaron. Con sorpresa y estupor lentamente se acercaron a tocarse uno al otro. Tal vez podría ser tan solo una ilusión. No importaban en ese momento las miles de ocasiones de rencor, los gritos mal dados y las inútiles despedidas vociferadas…había inevitablemente algo más grande en esa creación.

No había grandes palabras para esta ocasión, tan solo un hola, con cierta naturalidad. Un buen apretón de manos y un cálido beso en las mejillas. No faltaba nada más. Ahí estaban ellos dos…entre el rencor y la esperanza. En tan solo unos instantes tenían la oportunidad de rescatar y rescatarse o tan solo pasar por alto y continuar.
Se preguntaron por su bienestar, ambos levemente sonreían y se miraban profundamente a los ojos como si quisieran descubrirse al contactar. Unas cuantas palabras cruzaban y pensaban que debían seguir su camino, pero esa misma magia de aquel viejo bar se volvía a aparecer. Que más se podía hacer que continuar con ella –pensaban- mientras su respiración se tornaba candente.

Caminaron juntos como tantas otras veces, una onda entre sus nervios se hacía fluctuante, no querían detenerse, tampoco querían despedirse. Esta vez llegaron al lugar donde compartieron algunos días en aquellos años. Y sentados plácidamente recordaron el camino de sus vidas. Las fiestas, las alegrías, las caídas y esas tristes despedidas.

Eran dos personas diferente…y eso estaba bien. Se redescubrieron incomprensiblemente en la veracidad de la noche, con las estrellas como testigos, con un pasado inquebrantable, que los convertía en los caudalosos humanos que eran en ese preciso momento. No faltaba por hablar nada más, porque al igual que aquellos días de enfado y desenfreno, el mundo conspiraba entre sí.

Sin decir nada más, se tomaron tiernamente de las manos, eran aquellos roces que te despiertan en la pubertad, fluía la sangre en sus cuerpos mientras las pupilas se dilataban y el corazón enviaba un mensaje de pasión. Sin palabras aún, tomaron su rumbo y siendo nuevamente las estrellas las únicas testigos se entregaron carnalmente con el alma al compás y el único sentimiento que únicamente podían radiar.

Era la historia de amor entre un hombre y una mujer como tantas otras…era Frida e Iván bendiciendo sus vidas a través de su esencia…era el sexo inexplorado por ambos…era tan solo el amor recordado…

Y se encontraron otra vez…

2 Encierros de otros:

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...flor deshilvanada dijo...

Que buen Cambio, Soft... está precioso el blog!

Cada historia de amor encierra algo especial, esta parece única.

Un beso!!

AZUL dijo...

AAAAAAAAhhhh k casi lloro con esas letras, hace unos años escribí algo similar, hace unos años vengo soñando con algo similar....es un hermoso sueño que no se si logre, pero me consuelo con la imaginación y el recuerdo....

SALUDOS

SALUDOS
SOF

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Porque todos tenemos encierros en nosotros mismos...con un bello matiz por alcanzar...

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