Quiero compartirles una de las tradiciones más hermosas que existe, a mi parecer en el estado de Oaxaca, México, que es en donde yo vivo. Retomar estos orígenes de mi vida inevitablemente siempre me despiertan, curiosamente, a una nueva vida.
Este año, no pude ir a mi querido Tuxtepec, pero me quedé en la ciudad a maravillarme de sus luces dadas por veladoras, y del calor que emana de las personas al unísono de sus cantos, de su música y de su baile.
Este año, no pude ir a mi querido Tuxtepec, pero me quedé en la ciudad a maravillarme de sus luces dadas por veladoras, y del calor que emana de las personas al unísono de sus cantos, de su música y de su baile.
Si bien, no todas las personas las viven de la misma manera, muchas otras tratamos que prevalezcan como una huella imborrable de nuestro ser.
Mis abuelas decían que era parte de nuestra esencia, que no podíamos destruir. Fiel a este pensamiento, continúo con la tradición.
La celebración de los Días de Muertos en Oaxaca es una ceremonia popular que invoca a los espíritus de los ancestros para invitarlos a "convivir" en el mundo terrenal, por lo que se procura agasajarlos en la forma más atenta. Su visita entre nosotros obedece a un permiso obtenido desde el más allá para que las ánimas de los difuntos puedan visitar a sus parientes. Los muertos retornan a su hogar por que son atraídos por sus antiguas pertenencias o por el amor de sus deudos.
Las festividades de día de muertos, conocidas también como Todos los Santos, son de las celebraciones de más importancia en el ciclo anual de celebraciones religiosas, especialmente en las comunidades rurales.Las creencias que justifican la celebración de día de muertos, se originan en la necesidad de trascendencia después de la muerte, que ha preocupado a todos los grupos humanos; el negarse a la desaparición total, ha permitido el desarrollo de concepciones míticas acerca del mundo de los muertos.
Existen vestigios de las representaciones de la muerte llevados al cabo por las diversas culturas que florecieron antes de la llegada de los españoles. Dichas culturas sostenían que con los vientos fríos del norte, llegaban los espíritus de sus muertos a visitarlos y para recibirlos organizaban fiestas en su honor.
Desde la evangelización de Oaxaca llevada al cabo por los Dominicos Fray Gonzalo Lucero y Fray Bernardino de Minaya, a la cabeza de un sinnúmero de misioneros civilizadores; se implementaron las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos, tomándose como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos aborígenes y las preces de la Iglesia por los antepasados.
"Los Días de Muertos" representan una mezcla de tradición, culto, fiesta, magia e historia en Oaxaca. Es un espectáculo magnífico el que se vive en los panteones; como el Panteón General adornado con más de 2 mil 400 veladoras, o qué decir del Concurso de Altares de Muertos, de los magníficos adornos de las tumbas, del ingenio y esmero de los familiares para agradar a los ya finados y de toda esta expresión de amor terrenal, principalmente en Xoxocotlán, en donde la gente del pueblo continúa amorosamente velando a sus muertos.
Es hermoso observar el panteón por la noche, con tumbas adornadas, velas y veladoras encendidas por todos lados, ofrendas florales, e inclusive productos comestibles, cantos, rezos y pláticas de todo tipo, así como música que suele llevar la familia.
Qué más puedo hacer que recordar a “mis muertos” con orgullo y añoranza. Con todo el amor que me brindaron en vida y que me ensañaron a brindar.
Este post se lo dedico a cada uno de los miembros de mi familia que han desaparecido físicamente, pero que con toda la energía de su magia y de su amor, viven en mí.
Y qué más lindo que recordar una de las leyendas típicas de esta época:
Autor anónimo.Dirección General de Culturas Populares de México.
Hubo un hombre en Tapotzingo que dicen fue muy malo en vida. Así fue desde que era soltero hasta su vejez, cuando empezó a enfermarse y no tardó mucho en morir.
Cuando la gente empezaba a cambiarle su ropa para llevarlo hasta el altar, notaron que se movía... resucitó y al ratito volvió a morirse, y de nuevo se movía y volvió a resucitar. Llegó a resucitar 3 veces.
Entonces empezó a contar lo que había visto arriba, en el cielo. Vio a una mujer que estaba lavando ropa sucia de excremento de zopilote. Le dijeron que esa mujer lavaba ropa los domingos porque no cuidaba esos días, siempre trabajaba. Eso les pasa a las mujeres que no guardan esos días, así se castiga. Vio también a un hombre que estaba dentro de una hoguera, en medio del fuego. Le dijeron que eso es lo que les pasa a los hombres que nunca hacen un favor, a los que nunca dan limosna en la iglesia.
Le dijeron entonces que regresara y que les contara a sus compañeros, que oyeran que no es bueno vivir con maldad en este mundo. Al ratito el hombre volvió a morirse y ya no volvió a resucitar. Había resucitado nada más para cumplir con lo que Dios le había ordenado que contara a sus compañeros.Por fin se murió... le pusieron su ropa y lo colocaron en su caja, lo velaron durante la noche entera hasta que al día siguiente lo fueron a enterrar.
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