Su rostro parecía duro, se limitaba a sonreír solo en algunas ocasiones. Era cortés y saludaba a todos de igual manera. A las personas mayores encantaba por su sencillez y cordialidad; sin embargo ante los jóvenes de su edad parecía sombrío y unas tantas veces pedante.
Cuando lo conoció pareció insignificante, tan solo una persona más. Me parece que si acaso lo volteo a ver, y siguió riendo al lado de sus amigas de una forma tan divertida y jovial como ella siempre lo hacía. Esperaba a su novio, aquel chico tierno y noble que siempre la veía como a una princesa junto a él.
Dos días después aquel joven de aspecto duro desapareció. Realmente ella no se percató hasta que alguien lo mencionó. Y no pareció pasar nada… hasta que volvió. Mágicamente el tiempo se detuvo, como cualquier conspiración que hace el universo para que dos persona se encuentren y se enamoren.
Tal vez ni ellos mismos se percataron de lo que pasaba. Tan solo se volvieron a saludar con la misma cordialidad del primer día. Ella aún salía con su novio y él jugaba fútbol como todos los días. Pero ese día extrañamente ella llegó tarde y sentada en la jardinera lo encontró y lo descubrió.
El mundo giró y al cabo de no muchos días, ella cruelmente, tal vez para algunos, dejó ir a aquel novio tan tierno que la veía con lágrimas en los ojos; aunque ciertamente ella pensaba la crueldad que sería quedarse junto a alguien sabiendo que su mundo se movía junto a otra persona.
Insisto, ni ellos mismos supieron que pasó. Pero todos sorprendidos vimos como ella lo miraba y como él sonreía con jovialidad frente a ella. Parecían perdidos en su espacio y en su tiempo, pues no había necesidad de palabras falsas, tan solo bastaban esas miradas y esa cercanía con la que irradiaban un fantástica energía…
Y así fue, como inició la historia de ella y él. Del cielo y el mar que jamás se pierden en la inmensidad. Él, con aquel rostro duro que le enseñaría a Ella lo que significaría perdonar. Ella con toda su jovialidad que le enseñaría a él lo que significaría amar.
Los nombres, no existen, solo los rostros de Ella y Él.
Sof & Skeu
2 Encierros de otros:
A quien le vaya el cuadro recomiendo la obra de Juan Frances procede de la tierra donde vivo Valencia "buen estilo".
Una historia con final feliz en este mundo que tanto lo necesita :)
Un besito, Sof, ando de nuevo por el "patio" ;)
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