“El signo característico de nuestra época, es sin lugar a dudas, la soledad: la inmensa soledad que nace en el hombre al saberse y sentirse solo dentro de la multitud y el vocerío…La soledad encierra dentro de sí una ansia de muerte –la angustia- y un deseo irresistible de vida: EL AMOR. Más lo trágico de nuestra época ‘edad de los hombres solos’, es la negación del amor…”[1]
El amor…palabra límpida, misteriosa, causante de tantas alegrías, de tantas tristezas. Es tanta la conmoción que ha causado en la humanidad dicha palabra que ha sido tema para libros, tratados, interminables pláticas de todo tipo y con cualquier persona dichosa de disfrutar al hablar de ella, por lo que no es un tema nuevo, y por lo que algunas cosas al mencionarla podrían sonar repetitivas, pero cabe señalar que no es lo mismo leer un libro acerca de alguien que da su opinión acerca de tan profundo tema, las cuales son realmente interesantes e intensas, a que tu mismo vivas día a día la palabra y te sientes a reflexionar al menos unos segundos acerca de ella. Refiriéndome no sólo al amor que puede existir entre un hombre y una mujer, porque el amor va más allá de todo lo pensado, el amor abarca lugares infinitos en cada una de las personas, en todos los sentidos, aún los que han sido arrinconados por el mismo ser humano, por eso las personas que se casan en nombre del amor, lo simbolizan con un anillo, porque los anillos simbolizan el infinito. Por lo que tengo que reconocer que somos dichosos ya que podemos amar al prójimo, podemos amar a las plantas, a los animales, a todo ser vivo y a todo lo inmaterial.
El amor no tiene que ver con el dinero que tengas en tus manos, con tu grado de educación o con el número de personas que te rodeen –como se ha mencionado en un principio- pues hoy en día existen hombres que aunque esté rodeados de muchas personas llegan a sentirse solos e incomprendidos, deseando que les den amor, que los comprendan, pero si alguien les preguntara que quieren, que tiene, que necesitan, dirían: “nada”, cuando por dentro desean ser amados, pues al hombre, al ser humano, cada día se le hace más difícil expresar sus sentimientos, sin saber que el secreto de aquellas “demostraciones” que tanto anhela, que tanto ansía, están en él mismo, a cada momento, cuando respira, cuando ve, cuando toca, con el solo hecho de su presencia, sin que el mismo lo percate. Entonces regresamos a un tema que fácilmente evadimos cuando decimos amar sin aún saber realmente todo lo que esta simple palabra significa y conlleva, la autoestima.
Como ya he mencionado puedes estar en un cuarto lleno de gente y sentirte completamente solo y confundido, pero también puede que te sientas tranquilo, sin ninguna presión o algún temor, simplemente estas a gusto contigo mismo y sabes que no es necesario estar completamente rodeado de personas para estar bien o sentirte seguro. También podemos ver a las personas que son lo contrario, pues se encuentran rodeados de muchas personas para darse “seguridad” a ellos mismos, sentirse queridos, pero cuando quedan solos no pueden mitigar su dolor de soledad y muchas veces tienden a ser muy superficiales, no sólo con los demás sino incluso con ellos mismos. Lo triste, o lo que más bien a mí me parece triste, es la mentira en la que viven, pues tendríamos que recordar entonces, que a veces nos esforzamos tanto por ser alguien que no somos, solo para “agradar” a los demás que nos olvidamos por completo en ser nosotros mismos, de nuestra verdadera esencia. En una época en la que los constantes cambios socioeconómicos y tecnológicos, “marchitan” la esencia misma del hombre, una época en que se destruye su estado emocional, haciendo que el hombre sea incapaz de ver más allá de si mismo, ora bien, a partir de esto uno se puede cuestionar y decir: ¿acaso se puede ver a si mismo?
Deberíamos ser un poco más como Winnie Pooh, pues una de las cosas que puede me agradar de él es que no se ajetrea exageradamente, solo vive el presente, simplemente es, siendo así capaz de disfrutar de todo aquel amor que recibe pero principalmente disfrutando de todo aquel amor que es capaz de dar. Eso es lo que corre por nuestra cuenta, por otra parte, para que negarlo! Tenemos que llegar a una de las representaciones del amor, a lo inevitable del amor, la parte que más nos intriga, la que más “dolores” a causado a través de los años, de generación en generación sin poder aún resolver su infinito misterio, el amor entre las parejas, no lo podemos evitar, por tanto si hablamos de amor nos remontamos automáticamente a esta clase de amor, ya que es cierto que amamos a nuestra familia, a nuestros amigos, o a aquel anciano que visitamos, pero ¿quién nos puede negar que no hay amor más esplendoroso y sublime como el amor de pareja? Y claro que tiene que ver con tu grado de autoestima, pues debemos resonar que si no nos queremos, no podemos querer en realidad a otra persona, pues solo nos estaríamos engañando a nosotros mismos o al menos no podríamos dar lo mejor de nosotros mismos, -recordando que cada quien decide que es lo mejor para cada cual-, luego lo que con más certeza estaríamos haciendo sería idealizar a dicha persona, ya que creeríamos que esta persona posee cualidades, o puede hacer cosas que nosotros somos incapaces de realizar e incluso de sentir.
Este tipo de amor, efectivamente no tiene edad, pues aunque no se ha comprobado científicamente, si lo podemos comprobar coloquialmente. Es cierto también que no sabemos con exactitud que es el amor, ya que se habla de ciertas sustancias químicas, como lo es de la feniletilamina, (molécula natural semejante a la anfetamina), responsable dicen algunos de tal sentimiento, e incluso en la actualidad se habla de que existen ciertas áreas del cerebro que se activan cuando se esta frente a la persona amada, áreas que no se saben con certeza donde se encuentran; sin embargo se habla de sustancia y áreas relacionada con este sentimiento, pero no se habla abiertamente de cómo es que nace exactamente, su origen real, pues si el mismo origen del hombre es un misterio inminente, el amor, sentimiento que nace de dicho hombre, no puede ser demostrado realmente, porque si nos ponemos a analizar verdaderamente todas estas modalidades científicas, llegaríamos al mismo punto, no sabemos nada.
Por eso al igual que la muerte, aquel sentimiento llamado amor, sigue siendo un enigma para todo ser humano, causando el mismo estupor y la misma angustia, así puedo encontrar graciosamente a personas que consideran al amor, una simple conducta del ser humano, tratando de encontrarle explicación, pero otro buen día encuentras a esas mismas personas y solo te alcanzan a decir, “estoy enamorado/a”, así de maravilloso es el amor, y lo volveré a repetir, al igual que la muerte, es simplemente fantástico, pues no sabemos ni en que momento llegará, ni el motivo verdadero de su llegada, y de nada sirve que uno se ponga a cavilar y cavilar acerca de esto, para que complicarnos la existencia, para que arruinar toda esa combinación de sensaciones, de percepciones. Algunos podrán mencionar que son simples patrañas y ridiculeces, o algunos otros se atreverán a decir que todo se reduce a la simple ciencia, cuando no se dan cuenta que la ciencia ha sido creada por el hombre, el ser humanos no puede llegar a ser tan predecible, monótono ya aburrido, no!, el ser humano se alimenta a diario de todas aquellas ridiculeces, porque se ama y es capaz de amar a otro ser humano, pues no he conocido ser humano alguno que por al menos un instante rescatado no haya sido capaz de experimentar todas aquellas sensaciones tan particulares de este sentimiento.
Hace falta solo un contacto, una caricia, una sonrisa, una fragancia, un olor, para poder amar, para amarte, para amar a otra persona, para amar a la vida, a tu vida. Por esto y más Perpetúa que: “Muere lentamente…quien no ama y deja amar”[2].
[1] Pablo Neruda
[2] Pablo Neruda