El día que me muera viviré en el corazón de Tuxtepec, tierra cálida que me vio nacer…a la fecha creo que no hay raíces más profundas que las que tengo ahí: lágrimas derramadas sobre el inmenso río, pero sobre todo sonrisas arrancadas de mi corazón. Aún espero poder compartir este mágico lugar de mi infancia. Muchas personas me creen envidiosa y superficial; sin embargo sé que el hombre que me ame podrá desnudar mi corazón, sé que cuando eso suceda me acompañará en esa travesía de colores verdes y radiantes…al menos eso es lo que sueño…entiendo que es solo un sueño, sueño que mantengo al tocar mi ventana y descubrirme sola.
Me habían comentado de esta eterna compañera, y ahora que nítidamente me acompaña, la detesto. No te podría mentir, después de tener todo y haberlo perdido en un abrir y cerrar de ojos, ha sido muy complicado levantarme. Sé que de alguna manera me mantuve, sé que sobreviví, pero todo fue tan automático que de repente me percibo parada en medio de la nada.
Alguna vez creí odiar a alguien. Hoy sé que no es así…y mi alma descansa, no soy tan mala, tengo esa rara combinación de mis padres, corazón de pollo con escudo de acero. “No los odio pero no se lo digas a nadie”. Me parece que mi tristeza siempre fue más grande que mi enojo, y al igual que en esta ocasión, no sé como expresarla. Tal vez si la acepto, y tan solo si una vez dejase el orgullo me quedaría atorada plácidamente.
Aprendí a perdonar, aprendí a trabajar, aprendí a continuar, pero jamás he aprendido que hacer con mi tristeza, jamas he aprendido a luchar por lo que amo; tal vez ni siquiera en mí…Hemos crecido, hemos cambiado, pero continuamos perdidos, continuamos buscando esa parte que un día nos fue arrancada…que nos fue negada.
Y aquí sentada con mis orígenes, vieja pluma y papel, me pregunto “¿qué diablos haré?”…tonta pregunta que derrama lágrimas que continúan su rumbo mientras la melodía del piano y el olor del cigarro invaden la habitación…volteo…estoy sola.
Sin embargo ahora lo sé...es momento de continuar.
Sof & Skeu